Necesidades inherentes en el niño: la curiosidad, el juego y el dibujo.

 

«La motivación intrínseca se basa en una serie de necesidades psicológicas responsables de la iniciación y persistencia de la conducta».

 

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Una de esas necesidades psicológicas es la curiosidad. Las personas desde que nacemos somos buscadores activos de nuevas informaciones que nada tiene que ver con nuestro equilibrio fisiológico, sino con el deseo de saber sobre el entorno, siendo la característica de novedad, imprevisibilidad y complejidad de los hechos las que determinan el grado de curiosidad.

Berlyne (1965) demostró que el ser humano desarrolla altos niveles de estimulación sin explicación biológica aparente. El ser humano es inherentemente activo desde su nacimiento, así el bebé no solo reponde a los estímulos que afectan a su organismo, sino también a cualquier cambio en el ambiente. Se lleva los objetos a la boca para explorarlos y los agita para conocerlos mejor, luego se acerca gateando para arrastrarlos o empujarlos. La conducta exploratoria es en sí misma capaz de lograr una activación psicológica y el objeto de esa actividad no es establecer una situación previa sino guiar al organismo hacia caminos nuevos.

Piaget (1962) estudió como jugaban los niños de distintas edades y consideró que el juego era algo más que sólo diversión, también era una necesidad de carácter educativo. Además de jugar por puro placer, los niños también juegan para descubrir todo lo que les ofrece sus sentidos (ver, oler, tocar) y, en esencia, aprender las consecuencias y límites de sus acciones. Recogen información de los objetos que manipulan, los observan de cerca, los prueban, se los llevan o tiran. El comportamiento lúdico del niño ha contribuido mucho a considerar a éste como un ser completamente diferente del adulto, con modos de conducta peculiares que van perdiéndose como va madurando. Por esta razón, cada vez más se da importancia al juego en cualquier etapa y faceta de la vida.

Es indudable que la motivación por curiosidad, la búsqueda de lo nuevo, desempeña un importante papel en muchas formas de conducta que se incluyen en el concepto de juego.

Otra actividad intrínsecamente motivadora es la acción de dibujar y crear. Tenemos una tendencia al aprendizaje y creatividad desde que nacemos y el dibujo es una actividad que despierta el deseo de involucrarse por el simple interés de realizarla.

La curiosidad, el juego y el dibujo o creatividad son necesidades inherentes en el niño y, por esta razón, son las principales necesidades psicológicas a las que debemos prestar mayor atención e intentar que se desarrollen de la manera más idónea para el buen desarrollo evolutivo del niño.